Fuga de verdades
de palabras
incompletamente dichas.
Unica escapatoria
de la maldad oculta en la desgracia,
aquella risueña y esbelta dama
que compone los finales aprobados.
Como el nuestro
que reside ajeno a la superstición
en el rincón oculto a mi esperanza
a mi fé, a mi premonición astuta.
Decorado en tantas batallas,
ahora inútilmente libradas.
Escapa
Como aquella vida que no fue.
Aquella historia de a dos
que siempre escribió un tercero.
La fábula negra de los necios,
siempre tuvo un final hilarante
para el comienzo.
Y yo de espaldas a mis recuerdos
entierro tantas noches
que no serán.
Espero ver brotar
las praderas, los manatiales
un edén sin exilio
de aquel monton de tierra.
Que se contagie con lo sagrado
todo aquello que hoy duele.
Y que florezca
en millones de sonrisas en tu rostro
y en aquel hijo que te da vida.
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