Veintitrés de Febrero del dosmilveinticinco
Somos rocas entre las olas.
Arenas entre las huellas.
Cadáveres recién nacidos.
Soy las decisiones que escogí.
Seré las decisiones que escoja.
Fui decisiones obsoletas.
No todas mías.
Pero todas mías.
El rumbo existe,
es solo que las señales están ocultas.
Están en la música, en las personas, en el silencio.
Cuando hallas una señal empiezas a rastrear.
Y así es como nace el rumbo.
Hay tiempo para perderse.
Hay tiempo para caer
Hay tiempo para levantarse
Aun hay tiempo para vivir.
Siempre va a haber tiempo para vivir.
Y para soñar.
Es solo que los sueños van cambiando
las historias se olvidan
y el camino nunca es el mismo al del día anterior.
La fuente no es el pasado.
La fuente es tu cuerpo.
Permitir que mude su piel
y revelar la nueva con otros diseños y colores.
Permitir que las cosas se transformen,
que envejezcan,
que se gasten.
Y que luego de un tiempo impreciso
terminen muriendo.
Paz.
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