Cuando llego el momento
sonreí
sumiso en la aceptación
tranquilo con mi legado
feliz.
Curioso es el tiempo
como desata las amarras
se eleva con el viento
y se escapa.
Extraño tantos besos
recuerdo esas caricias
las miradas incendiarias
que no volverán.
Mas que mi cuerpo sea viejo
es el regalo
y que mis días estén completos
el desaliento.
Agradecido soy de las raíces
que crecieron desde adentro
que nutrieron de sabiduría
mi espíritu.
Y me ataron a la tierra
aún ahora en mi muerte
fijando todos los finales
al principio.
Cuando llegó el momento
sonreí
y agite mis brazos en la corriente.
Mis recuerdos son mi alimento
que endurece mi corteza.
Aquel llanto que me quebraba
se lo lleva el río
aquel que acaricia mis ramas
y me cobija.
Cuando llegó mi muerte
abrace la vida
para siempre.
1 comentario:
la muerte y la vida
peldaños de la energía que se trasmuta cíclicamente
somos abono en la tierra o somos limo en el río de nuestra propia heredad
bello y existencialista Poema Rodrigo, el sauce es un árbol regenerativo sin duda
pero hay otro que es eterno diría yo y que el Tejo
abrazos
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