Los cristales tras los parpados cerrados
que veo cuando hay luz tras ellos.
Las líneas que conectan los halos
y los halos que se separan en espectros.
Nítidos, se unen sobre mi cabeza
formando un telar que sostiene las nubes.
¿Será real?
¿Será una fantasía? ¿Será una revelación?
¿Puedo ser ciego y ser testigo de las líneas?
¿O no percibirlas y creer que puedo ver?
Parece una red. Algo las agita.
No es el viento.
Una planta crece en la roca.
Nace crece y muere en silencio.
¿Quién recuerda su semilla?
¿Quién gozará su florecer?
¿Quién llorará su muerte?
No esta sola. Nadie nace solo.
Pareciera, sin embargo, aquí esta.
Un telar la vio nacer.
Voy a recordar algo que olvidé
como el hecho de que lo que esta arriba no esta arriba
y lo que esta abajo puede ir al otro lado.
Voy a jugar a desordenar lo sabido
jugando con la psicosis, como si fuera una ruleta rusa.
Lo arriba va abajo, la tierra está a mi izquierda.
El sonido se percibe con la piel.
Cuidado.
Sostén la razón con una mano,
toma mi mano.
Subo mi apuesta.
Y miraré hacia lo que esta atrás de mis ojos.
Esto es lo que encontré:
Conversatorio
Explorador
Vasija vacía
Vaciarme
Nada.
Un espacio vacío.
Como si fuera una sabana flotando,
que si la quitas desaparece.
Como una vasija.
No veo su contenido, solo la coraza.
Como si las líneas de los halos giraran dentro,
no las veo. Parece vacío.
Así que la invierto.
Vuelco su contenido al piso
como para limpiar un vaso sucio.
No le quedaba casi nada,
unos restos de mate y manchas.
Ya casi no tenía nada.
Pensaba que había mas dentro de mí.
Soy como un aire dentro de telas de género y zapatos.
Tiene sentido. Ya lo sabía.
No lo hace menos hermoso
sino mas real.
Gratitud.
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