2 de abril de 2024

Abril

Que hermoso es el otoño,

desde una banca del parque de Los Reyes.

Que hermoso es observar la sucesión de las cosas.

Las aves escarbando el barro.

El agua del río fluyendo.

Los caminantes de un lado al otro marchando.

Quisiera quedarme un tiempo y descansar,

del tormento de los pensamientos

(como si uno pudiera).

O al menos de la agotadora interacción humana,

que encontró su avaricia en la tecnología.

Tan solo eso, respirar.

La misma brisa que transporta la hojarasca.

Mezclada con el humo de los tubos de escape,

los virus respiratorios, la tierra removida,

y vaya saber uno que más.

La bendigo.

Si pudiera besaría el aire que entra y sale de mi cuerpo,

aquí en este oasis de Abril.

Bendita la tierra que me impide la caída libre.

Bendita esta vieja banca que da descanso.

Benditas estas pobres palomas grises.

Amén de mi consuelo

en este viaje en circulos,

y dolores idénticos que es mi existir.

Patético, cobarde, inmerecido.

Bendigo este pequeño lapso de paz.

Y cuando termine, volveré a apretar los dientes.

Cargaré la mochila de siempre,

y huérfano de mi pasado marcharé.

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