26 de junio de 2018

Pensamiento

Percibo el zumbido constante
cuando apago la luz,
cuando ajusto la alarma,
y me envuelvo en la sabana.
El ruido de mis ideas.

Como el taco en hora punta,
o el reggaeton del cumpleaños.
Ese volumen puro y psíquico
solo puedo oírlo en la noche.

Los millones de estímulos recibidos,
los veintitrés pacientes contenidos,
los cientos de textos en el celular,
todos, siendo clasificados en el tercer piso.

Y entonces me desvanezco,
sumergido en el placer del amor,
mientras imagino mi voz hablándome
y mis manos acariciando mis huesos.


No hay comentarios: