27 de septiembre de 2018

Lluvia

Mientras los segundos desaparecen,
el aire moteado entra a mis pulmones.
Algo no sale,
se acumula en el torrente de mi ser orgánico.
Los restos quedan repartidos por los rincones
y alimentan raíces invisibles.
La vegetación se extiende bajo mi piel
puedo sentirla atravesando tejidos.
El dolor se intensifica con cada brote
las bocanadas lo perpetúan.

Sentado en el hormigón de un parque falso
observo las titánicas y frondosas plantas
endurecidas y enraizadas
que consumieron cuerpos desde el interior.

Cada vez más planta.
Cada vez menos humano.
Consumiéndome, crece el árbol parásito,
anidado y acogido por mis células.

Quisiera exhalar y salir por mi boca,
elevarme en una hoja muerta,
domar los vientos, poder migrar,
y surcar la eternidad de cielos cambiantes.
Un día girar con las corrientes
para caer y volar con las estaciones.
Saborear el frío y las lluvias inesperadas
en los días en que el sol abrasa.
Dejarme llevar por una vertiente
que no surca hacia un fin ni destino.
Solo es, una y otra vez
hasta ser invisible a la materia.
Y cuando llegue la primavera
volverme uno con la nube negra
para bajar en miles de fragmentos
y regar el árbol que me recuerda.

29 de agosto de 2018

El viaje

Quisiera decirte que mi sombre ha crecido.
Cómo el tiempo ha curtido esta piel.
Que mis letras fluyen por otros valles.
Ojalá supieras lo que he vivido.

Desde que te llevaste la lluvia, todo cambió.
Quisiera decirte que ahora es mejor.
Que el sol abrasante me acaricia,
y las estrellas me cubren del frío.

Los vientos del tiempo me reclaman,
desearía que vieras como me llevan.
Me destierran de este desierto a la fuerza.
Ojalá supieras cuánto duele.

Como una página en blanco
o este páramo sin vida.
Solo quedamos la muerte y yo.

Así me iré, soñando con tu humedad.
Hasta donde llegue el horizonte,
donde naufragan los recuerdos
y se acaban las despedidas.

14 de julio de 2018

Humo


Esa sustancia viscosa y rosada,
dividida en mitades simétricas,
habita en tinieblas su presidio.
Me oculta.
.
Ciego solo y dividido,
incómodo y sin espacio,
sin descanso mi materia piensa
siente y gobierna.
.
Mi tarea: interpretar y responder
a los reflejos de la realidad
deformada por mis sentidos
y censurada por las experiencias.
.
No hay tregua,
una libertad condicional,
una licencia por conducta,
una maldita pausa humanitaria.
No hay una mierda.
.
Llegará el día de las revoluciones,
y me iré.
A través de la membrana de mis ojos,
o por las grietas de mis tejidos.
Partiré fuera de mis universos
con sus ideas planas
imaginadas y limitadas.
.
Me difuminaré en humo liviano
agradeciendo las pistas de los reflejos
para sentir
y percibir lo que hoy pierdo.
.
Pero no será hoy
hoy es otra noche en Santiago.
Tú te vas, yo me quedo
con las palabras mudas y los pasos ciegos.

26 de junio de 2018

Pensamiento

Percibo el zumbido constante
cuando apago la luz,
cuando ajusto la alarma,
y me envuelvo en la sabana.
El ruido de mis ideas.

Como el taco en hora punta,
o el reggaeton del cumpleaños.
Ese volumen puro y psíquico
solo puedo oírlo en la noche.

Los millones de estímulos recibidos,
los veintitrés pacientes contenidos,
los cientos de textos en el celular,
todos, siendo clasificados en el tercer piso.

Y entonces me desvanezco,
sumergido en el placer del amor,
mientras imagino mi voz hablándome
y mis manos acariciando mis huesos.


Fibrosis pulmonar

Miro mis manos agrietadas
llenas de manchas y cordones.
De cerca y de lejos
no se parecen a mi.

Recuerdo la era turgente
arrastrando la misma escoba
pero la belleza estaba
la luz también.

Inspiro con fuerza el vacío,
aquel que solía obviar.
Busco en el aliento al viento
perdido años atrás.

Mi mente y su angustia gris
trepan grietas entre mis huesos
me recuerdan el aire esquivo
gastado en años de trapeado.

“El problema está en su mente”
“El problema es su corazón”
“El problema es el pulmón”

Yo no les creo.
Yo pienso que es la vida,
que ya no quiere entrar en mi.
Le pido su energía,
le suplico que no me lleve,
pero no quiere oír.

Miro los callos de mis dedos
y el piso brillante de viruta.
Mi obra, mi condena,
lo que queda del viejo cuerpo:
un aliento que se escapa,
un anhelo que no regresa
y un suspiro que no se oye.




27 de mayo de 2018

Mayo

El atardecer de Morandé‚
esa ceremonia que empieza a las seis
golpea mi ventana gris.

De pronto las largas horas
aburridas de arrastrarse en la oficina
deciden incendiar los cielos
y soplar las nubes como arena.

El lamento de los tacos
y el apremio del viento
que eleva los cadáveres,
todo parece una sinfonía.

Se acerca el descanso
mientras camino entre cenizas.
Los fantasmas no se miran
solo quedan sus cuencas.

Paso a paso esquivo grietas
inspiro estruendos violentos
que se pugnan por pasar
por senderos cada vez mas pequeños.

Aquel lamento transversal
que fluye junto al río
me adormece.
La cita de las siete, un Miércoles de Mayo.
Anochece.

24 de enero de 2018

Poesía

Para que sirve amarse
si en el filo del risco social colgamos todos.
Para qué, si nos acostumbramos a estar solos
a esconder el dolor
y escalar esta montaña de bienestar
porque en la cima esta la felicidad.

Para qué sirve la poesía
Para qué, si nadie se atreve a desnudarse.
A correr hacia los estruendos de la tormenta
a acampar bajo la bóveda del pensamiento
a domar olas iracundas.
Para qué sirven las estrellas.

La planta existe donde nace
recibiendo los vientos de toda la tierra
bebiendo el agua de los hemisferios.

El ave migra en cielo universal
reconoce los árboles que le dan sombra
vuela rodeando la montaña.

¡Y nosotros que ni siquiera podemos desvestirnos,
o ensuciarnos con la tierra que pisamos!
Nosotros, que somos niños ciegos y paranoicos
en  búsqueda de extinguir al sufrimiento,
lo encerramos en libros de poesía prehistórica
sin comprender la muerte que no miramos.

Cómo admirar la majestuosidad del alerce
temiendo al frío y cubriéndonos de la lluvia.
Cómo llevar grabado en la espalda al halcón
sin saltar por encima de la desolación,
para alzar el vuelo confiando en las alas.
Cómo, si la confianza esta en la cima de la montaña.

Yo los observaré escalar el risco,
mientras se cubren de apariencia y reconocimiento.
Miraré sus viajes pagados con dinero,
como cruzan la tierra
y encuentran las respuestas del alma
comprando pulseras indias y fotos en instagram.

Veré sus cirugías estéticas y sus barrios finos
desde plaza brasil, sentado en el pasto.
sudando y bebiendo la maldita poesía.
Seguiré, guiado por el mapa solar del amor,
con el coraje de habitar los fragmentos
creciendo en los recovecos del espacio
mas hermoso, que es el alma humana.

Porque soy libre y lo escogí.
Porque no tuve ni tendré más opción.
Desde mi núcleo de hojas y ramas,
lo veo todo con ojos de halcón.