Hoy mientras arrastro los pasos
uno tras otro hacia los recuerdos
me parecen los días pesados,
gastados en un nuevo mundo
racional.
Cuando el amor pasó al odio
y el odio a la comprensión
la voz de mi pecho calló
para darle cabida al silencio
de las ideas.
Curioso me parece el consuelo
pareciera llegar disfrazado
de palabras muertas
e ideas recicladas
de otros vertederos.
De eso se trata el reencuentro
de arrastrar ilusiones desteñidas
para exhibirlas
en una plaza de verano.
Donde un único asistente las estudia
y las olvida.