16 de noviembre de 2011

No me quiso escuchar,
menos pudo entender.
¡Se lo dije hasta el cansancio!

Hoy me recibo de médico,
hoy me caso por el católico,
hoy soy un adulto intachable.

Y la deuda sigue pendiente.

1 comentario:

lichazul dijo...

deudas que se hacen cadenas monstruosas

ÄNIMOS!!
y felicidades:)