Una vez terminados,
del pasado descansamos.
Una vez comprendido,
los triunfos se escondieron.
Queríamos la victoria
pero sólo nos miramos.
Y volvimos derrotados...
No me quiso escuchar,
menos pudo entender.
¡Se lo dije hasta el cansancio!
Hoy me recibo de médico,
hoy me caso por el católico,
hoy soy un adulto intachable.
Y la deuda sigue pendiente.
Pensé que habían cuatro
abrí lo ojos y habían tres
ella me explico que eran dos
pero en realidad solo existía una.
Unica es la correcta opción,
aunque para mí sigan siendo las cuatro.
¿Quién juzgará?