Existen pocas entidades como tú, y de aquellas pocas, menos son las que comparten el sentido de tu semejanza.
Mis sueños tampoco retratan tu ser. Como todo lo que muere, se rearma con virtudes exageradas y nostálgicas de lo ideal. Y si bien lo creí en el pasado, los hechos claramente registran tu desatino e inmadurez.
Aquella que extraño.
Existe poco, pero de lo poco mucho puedo edificar. Así, morando una atalaya invertida hacia la tierra, soy capaz de apreciar la belleza intrínseca del desengaño y el desamor (quizas solo una fracción, un trocito de amargura que no llega a evaporarse). Si llegan a ser cosas lo que rescato de tí, serían aquellos conceptos trágicos miniaturizados para la vida.
Me basta. Me bastaste.
Y la rabia que llega sin ser llamada, no conduce a tí por mas que de ello te jactes. Siendo un monstruo de juegos emocionales, tus engaños no me quiebran tanto como lo hizo mi ingenuidad.
Si algun día llegase a robar un amor, quisiera que sea un poquito revuelto como el tuyo. De esos que remecen, y que obran por malicia. De esos que me llueven cuando se apaga su tinta.
Lo mas burdo posible, del burdel surrealista de nuestra "ex-comunión".
3 comentarios:
a mí me gustó. Criticaré positivamente, porque me dio guste leer esta entrada. Buena pluma, lo que siempre se agradece :)
todos quieren un amor que deje huella
la vida sin ella , es sosa y plana
besitos de luz
felíz dieciocho tiquitiquiti:=)
Entonces,el texto, te lo regalo.
Es tuyo ahora.
Un abrazo.
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