"Rosa rubicundior, lilio candidior. Omnibus formosior, semper in te glorior!"
Me agrada.
Me motiva.
Me calma.
Me atrae, arrastra y absorbe
Hacia lo oscuro de mi emoción
poco examinada, poco alcanzada
pulida en décadas de abstracciones.
Con la nota de la eventualidad
se auto concibe, torpe y sin forma.
Incluso arrastrada si no tiene rumbo
o si la vieja materia no la abandona.
Nace y crece desde tu sangre
si el timbre calza en tu locura.
Ves que el silencio no atenúa,
sino de su espera nació su ruta.
Y me invade, oh te atraviesa.
Me distingue amigo o enemigo.
Así es: tirana de la memoria,
música de muertos o de vivos.
Si tengo cita para tu escuela
déjame entrar, abre tus puertas,
pero si tu ausencia hiere mi armonía,
te pido que cantes mi vida entera.
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