2 de marzo de 2009

Sin Título

En un pequeño claro bosquecino nací. Mis recuerdos mas antiguos siempre llegan al mismo lugar, el refugio solitario donde vivo, donde me crié y donde espero morir algun día. Nací de la tierra, la hojarasca y la lluvia y soy padre creador del micromundo de mi jardín.
El habitar un lugar nativo y solitario es el tópico de mi existencia. Cercano al claro hay un río donde se me contó que vine en una canasta artesanal proveniente de un lugar lejano. Me crié solo, a pesar que la voz de mi madre susurra amor desde siempre. Jamás la llegue a conocer al igual que la mayoría de las cosas de donde provengo, mas el destino es sabio y mi vida no demanda esos conocimientos para respirar ni comer.
Los bosques que rodean el claro, se encuentran llenos de senderos engañosos. No me aventuro demasiado por ellos, perderse es fácil dadas la cantidad de maravillas que esconden (y peligros por cierto). Sé que uno de los senderos resuelve el laberinto del bosque y se ensancha en un camino empedrado que lleva a la salida. Sin embargo, aún no se bien que es lo que me espera allí, incluso si efectivamente existe tal salida. De todos modos, solo aquellos días en que me siento perdido recuerdo esas cosas.
Y esa es la vida que materializan mis sueños y mis pensamientos. Ya es temprano, y debo ir a buscar la leña al colegio. Mas tarde al llegar a mi departamento en el claro, probablemente sueñe que mis paredes son de madera y el cemento de la ciudad es el mas bello de los pastizales.

"Escrito el 25 de Agosto de 2004"

2 comentarios:

Cíniko dijo...

Tiene uan estética suave que guarda con sepia y café recién hecho en la mañana, la frialdad de esta sombra existencialista. Como merodear esos bosques sin querer dormirse o invernar...

Realmente lo sentí muy personal y debo reconocerte que cuidaste la siutiquería...

lichazul dijo...

que lindo!!!
con significancia interna y existencialista,

acá siguendo las huellas:)