21 de enero de 2013
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En el rincón tácito del escritorio
en una página arrugada de la bitácora
con la tinta agria y reciclada
escribo.
Cuando mi mente brilla
y cuando en la noche se hace ciega.
Como ayer y anteayer
mañana quizás también.
Ampliando aun mas
mi colección de pensamientos
que me ven crecer,
envejecer y morir.
Sentado en silencio
en esta silla que no se cansa
escribo como los que no saben
desarmando ideas perdidas.
Y la tinta se seca
transcribiendo indefinidas veces
las mismas palabras
gastadas y ya leídas.
Y el papel se mancha
con los mismos colores de antaño
sin ser libre para demostrar
que esta sin nada para serlo todo.
Quisiera entregar mas
que ideas que luchan para morir.
Pero mi cuerpo sigue ágil
tiene aliento para crear
y cuerpo para recibir
lo que vendrá.
Lo espero paciente y tranquilo
el ansia calla bajo el pensamiento
pues sigo vivo para esperar
la canción de los relegados.
La que viene inevitablemente
para destruir lo edificado
olvidar el dolor cansino
y devolverme al curso de los vivos.
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