3 de abril de 2011

Boca

Mi unidad compacta,

mi eternidad en ondas multicolores

del rojo al negro, cruzando oros.

Aquella obra de la concecuencia metódica,

que comprime mi sangre en sus venas

se fragmenta.


Un nudo se desliza en el silencio

me quita el aire, me niega el grito.

Y se escapa como un olvido etéreo

sin nombre ni verbo, que es ella.

Me deja, y soy una hoja mas de otoño

para decorar la tierra de los soñadores.


Seré como la lluvia,

en el momento de caer.

Cristales valiosos traeran mi sosiego

formadas en melodias de vidas nuevas.


Sea un final diplomático sin principio

y un audaz poema carente de su prosa

los restos de mi emoción que extraña su nombre

y de un furtivo beso que ya no tiene boca.