21 de septiembre de 2023

Resaca del fin de los tiempos

Una enorme, fea y nauseabunda resaca

es mi avergonzado despertar.

Cefalea

Polidipsia

Reflujo.

El olor a cigarro y a papas fritas.

La billetera abierta y el celu perdido.


Lo peor de la resaca,

es que no es una enfermedad.

No tiene el derecho que tiene el dolor,

a ser aliviado y compadecido.

Al contrario, la resaca es una culpa

disfrazada de intoxicación.

La resaca es un castigo

disfrazado de compromiso del estado general.

Nadie toma en serio al afectado

a menos que haya sido forzado a carretear

(nunca me ha pasado).


Me fuí de fiesta siendo joven

no me detuve.

No me detuve porque no sabia qué festejaba

hasta que la persona del espejo se me hizo vieja.


¡Qué desperdicio!

Tantas fiestas, drogas y amores vividos

hoy sin mayor sentido que el de ser recuerdos,

y un consuelo pobre para mi deteriorado ser.


Y no voy a cerebrar con anhelos,

ni ha romantizar con lo que ya pasó

asi que los recuerdos quedaran en las fotos

y las fotos quedaran en algún respaldo virtual.

Mejor así que sufrir por el presente

marchando sin norte como un cadaver perfumado.


Adios desenfreno y excesos,

que no fueron tales, pero se entiende.

Gracias por paliar mi pena

lo mejor que se pudo.

Ahora a sufrir en grande

como en los viejos tiempos, con culpa.

Vieja escuela, pero ahora con mas cabeza

agüita y paracetamol.


25 de enero de 2023

De cena hay arroz

17 de Julio, 21:32 horas.
Avenida Once de Octubre 125, departamento 303.
Santiago.

Cocinándose un alimento en el sartén.
Arroz variedades de sobre.
El hambre no falla.
El fuego no falla.
El vino sí.

Me percato de la incomodidad en mi espalda
que está apoyada en el respaldo de un banquillo desproporcionadamente alto para el trasero de quien lo sienta, sentó y sentará.
Mi espina encorvada aguarda que la cena se cocine a si misma.
Si las vertebras hablaran...
(O el hígado).

Pronostico una competencia entre la cocina y el asiento.
Dicho de otra forma, entre el aburrimiento y la incomodidad.
Opto por lo segundo
mientras recuerdo el invierno en Guatemala.
No veo las avispas en el basurero.
Ni las hormigas en el pan.
Ni las polillas dándose de cabeza contra la ampolleta.

Veo algo parecido a las polillas, son mas pequeñas y lentas.
Salen del mueble donde guardo el arroz
que estoy cocinando.

Que devastadora es la cocina en Santiago.
Es lenta, como ropa que no seca,
marginadora, como la gripe
y aburrida, como el día que acaba a las seis.

Que pena que lo que cae del sartén no sea devorado.
En lugar de eso queda en el piso, listo para ser aplastado
y luego atravesar su metamorfosis durante los días siguientes
hasta su fase final como imago de la mancha.
O lo que venga después (un hoyo, qué se yo).

Ya esta listo el arroz.
Esta bueno, no le faltaron ganas (Que detalle el de la cocina sin moscas).
Le falto lluvia. Le falto selva.
Pero esta bueno. Sabor a retorno. 

17 de enero de 2023

Huevo

Desperté en el suelo.
Estaba desparramado y abierto
Mi contenido se vaciaba en el suelo.

No lo pude recoger, quedo ahí
como un vestigio innegable del mal dormir.
Así que encaje mis partes y me vestí.

Camino al trabajo note mi ropa húmeda
la polera viscosa, la ropa interior mojada
noté que mis grietas seguían drenando.

Y goteando
De forma macabra, se podía seguir mi rastro
y hallarme al final del camino de manchas.

No se detiente
cuando hay fuga solo queda disimular
para no ensuciar a los que están cerca.

Acomodar el cascaron
Aplicar desodorante ambiental
y sonreír.